Por Dr. Myles Munroe
Es un hecho profundamente triste que mientras que a todos se nos ha dado visiones únicas, muchos de nosotros enterramos nuestros sueños dentro de una existencia de mucho menor calidad, haciendo de nosotros mismos un cementerio para el precioso tesoro de Dios.
Tal vez tú tienes dieciocho años de edad. ¿Qué has hecho hasta ahora? ¿Has pasado tanto tiempo tratando de agradar a tus amigos que ya ni siquiera sabes quién eres o de qué se trata tu vida? Si es así, tú no te estás haciendo a ti mismo ningún favor. Tú no estás cumpliendo tu propósito. Tú puedes decir que sólo estás reaccionando a la “presión de tus compañeros”. En realidad, tú les estás permitiendo a otros que gobiernen tu vida.
Tal vez tú tienes cuarenta años de edad. ¿Qué has hecho hasta ahora que el mundo no va a poder olvidar? ¿Qué tanto más tiempo vas a ir a la deriva, sin trabajar en la dirección de tu sueño? La falta de responsabilidad se puede convertir en una ocupación de tiempo completo.
Hay gentes que son expertas en esto. Ellos saben exactamente cómo evitar los asuntos reales de la vida con mucha precisión. Ellos saben cómo no hacer nada durante todo el día, o ellos saben cómo hacer todo, excepto aquello que es realmente importante.
Es deprimente estar alrededor de gentes que sólo están existiendo, pero es excitante estar alrededor de gentes que saben lo que están haciendo y que están haciendo aquello para lo cual nacieron.
Muchos de nosotros enterramos nuestros sueños dentro de una existencia de mucho menor calidad, haciendo de nosotros mismos un cementerio para el precioso tesoro de Dios.
Muchas gentes pasan toda su vida, vagando muy lejos de aquello para lo cual Dios los hizo, debido a que nunca han llegado a reconocer en primer lugar quiénes son ellos. Por ejemplo, tal vez tú has sido una secretaria por veinte años. Tú te encuentras en el mismo nivel que cuando tú comenzaste, a pesar de que sueñas con convertirte en una administradora.
Tú deberías moverte de ser una secretaria hacia la posición de ser una secretaria ejecutiva, de ser una secretaria ejecutiva hacia la posición de ser una asistente del administrador, y de ser una asistente del administrador hacia la posición de ser una administradora. La gente no llega a realizar sus visiones debido a que ellos no tienen ningún sentido del destino. Ellos dicen, “Bueno, yo tengo un trabajo. Yo sólo quiero mantenerlo seguro”. El solo hecho de mantener un trabajo o de aferrarse a un trabajo es como si sólo te estuvieras manteniendo a flote. Cada trabajo debería colocarte en una posición hacia una meta que es mucho mayor que el presente para que tú puedas llegar a realizar tu visión.
Necesitamos ser como los apóstoles, que fueron conocidos por sus hechos y no sólo por su palabrería. El libro bíblico que habla de ellos se llama los Hechos de los Apóstoles debido a que ellos fueron hacedores. Ellos tenían un destino y ellos estaban ocupados trabajando hacia ese destino. Ellos nunca se montaron en un caballito mecedor. Al contrario, ellos estaban cambiando sistemas. Ellos estaban afectando al gobierno. Ellos estaban transformando al mundo.
Las naciones tenían miedo de ellos y pueblos enteros se ponían nerviosos cuando ellos aparecían porque se había dicho de ellos, “Esos quehantrastornado al mundo han venido acá también” (Hechos 17:6). ¿Cómo se siente la gente cuando tú apareces? ¿Acaso ellos dicen, “Oh, aquí viene este otra vez. Tal vez tiene otras de sus ideas”? El cambio siempre le va a molestar a la gente que está contenta con estar estancada, pero esto no te debe detener a ti.
Tú debes ser conocido por tu visión.
Extracto del libro
“Los Principios
y el poder de la Visión”