González-Flores “Una mujer comparte su experiencia en taller que se ofrece
en el barrio de Westwood”
“Yo sufrí de violencia doméstica en mi matrimonio y aun cuando tenía cuatro niños, no terminé por permitir más abusos físicos y amenazas verbales, porque finalmente terminé por valorarme como mujer. Yo vengo de una familia donde nunca vi ese tipo de problema y mucho menos iba a permitir que mis hijos crecieran con ese patrón de conducta. El quedarse calladas cuando se vive algún tipo de violencia, creo que es el principal reto entre nosotras mismas. El
número uno del enemigo es una misma y cuando se logra vencerlo, hay un mejor camino para nosotras”, así empezó su historia Nilida Jiménez y de esta manera lograr que en las familias hispanas tomen mayor conciencia de este problema que, de acuerdo a estadísticas oficiales, un 25% de todas las visitas de emergencia a los hospitales (en Estados Unidos) por mujeres han sido resultado de asaltos de violencia doméstica… “Por eso es importante participar en los talleres, educarse, aprender, porque estarán tomando medidas preventivas y quizás la ayuda no es sólo para ustedes, sino alguien de su misma comunidad”.
Nilida Jiménez se ha unido al proyecto auspiciado por la Fundación de Denver, en donde con la dirección de Reyna Zarate se ha logrado implementar por segunda ocasión una serie de seis talleres para la comunidad de Westwood, un barrio poblado por hispanos y que en el pasado se caracterizó por tener una serie de problemas sociales, como el grafiti, inseguridad, entre otros, pero que gracias al esfuerzo de diferentes líderes locales y organizaciones trabajan por darle una mejor calidad de vida a sus residentes que pertenecen al Distrito 3 de la Ciudad de Denver.
Nuestra entrevistada dijo que este tipo de talleres son importantes y hay que aprovecharlos, porque el conocer historias reales, compartir las experiencias de unas con otras hay mucha más confianza por tomar conciencia ante esta situación.
“Yo vi el cambio de mi esposo hasta cuando ya teníamos cuatro hijos.
Él no quiso recibir ayuda, ya sea profesionalmente o con algún pastor o sacerdote. Fue cuando tomé una decisión y ahora tras 20 años de divorciada he salido adelante, mis hijos prácticamente tienen su vida, han sido estudiosos y sin haber sufrido algún daño psicológico. Ese era mi principal preocupación que crecieran con ese patrón de conducta y que vieran la violencia doméstica como algo normal en sus vidas”, agregó.
De acuerdo a su experiencia y compartir su experiencia con otras mujeres, Nilida dijo que es muy común saber de mujeres que puedan sufrir algún tipo de violencia y se limitan a “un ni modo, aquí me aguanto, él –marido- paga los gastos, la renta y con varios hijos no podré salir adelante”… “No, con ayuda se puede. A mí por más que me dijeron que estaba fea, que no podría con cuatro hijos, ahora aquí estoy, feliz”, añadió.
De acuerdo a la Línea Nacional para la Violencia Doméstica, da a conocer que la violencia doméstica ocurre cuando conscientemente y a propósito una persona le causa daños físicos o psicológicos a otra persona. Esto incluye todos los actos de violencia en contra de las mujeres en el contexto familiar o de relaciones íntimas. Además de ser la causa principal de lesiones en las mujeres en los Estados Unidos, esta es una situación de alarmante preocupación por sus efectos negativos en todos los miembros de la familia, especialmente los niños.
Es ahí, cuando Reyna Zarate mencionó que este taller que se celebra los jueves de 6 a 8 de la noche en la Iglesia Gracia y Vida, ubicada en el 4201 W. Kentucky Av., en Denver, es que la comunidad aprenda más de este problema y que “nuestros hijos no sean los que también sufran de este problema; en este taller habrá clases que nos ayudarán mucho e incluso hasta tenemos el apoyo de una abogada de inmigración para que aprendan de las cuestiones legales que hay en apoyo a los que viven este serio problema”.
Después Nilida, compartió una historia, que dijo es verdadera, ya que una amiga de su hija vivió lo siguiente cuando era niña: “Una amiga de mi hija comentó que sus padres se mataron. Se peleaban tanto, que un día la mujer se dijo cansada de ello que quiso ponerle fin a la situación. Un día esperó a su marido con un cuchillo que terminaron matándose. La amiga de mi hija, era cuando estaba chica –eso fue hacer muchos años atrás- y se dieron cuenta de que algo había pasado porque vieron correr la sangre… Por eso es importante que hay que aprender de este problema, educarnos y saber pedir ayuda”.
Nilida Jimenéz dice que la violencia doméstica no sólo se da en las mujeres, sino también en los hombres, aunque para este sector hay mucho más hermetismo por dar a conocer su caso, “pero sí hay casos”. También dijo que los padres deben estar alertas, porque en el noviazgo los jóvenes también viven la violencia doméstica y lo preocupante es que a lo mejor para muchos es algo normal, porque lo vivieron en sus familias.
La violencia doméstica no está limitada a ningún grupo socioeconómico, étnico, religiosos, raciales. Y entre los diferentes tipos de violencia que se identifican, son: violencia psicológica, violencia física, violencia patrimonial, violencia económica, y violencia sexual.
Los siguientes talleres en la comunidad de Westwood se llevarán el 13 de noviembre, 20 de noviembre, 4 de diciembre, 11 y 18 de diciembre. Si necesita mayor información de cómo participar y asistir a estas clases, se pueden comunicar con Reyna Zarate al 720-404-6017.
