Primavera oficialmente había comenzado, pero en este día a finales de Marzo estaba nevando. Decidí tomar el autobús número 40 de el centro de Búfalo a Niágara Falls.
Yo estaba en la ciudad de mi equipo favorito de fútbol americano de mi infancia los Búfalo Bills, y sólo dos años atrás antes de mi visita, mi compañero de la secundaria, Omar Quintanilla, jugó con el equipo de béisbol Triple A, Los Bisonte’s. Yo tenía muchas razones por estar en Búfalo, pero esta visita fue simplemente centrada alrededor de experimentar en persona una de las cascadas más impresionantes del mundo.
Desde mi niñez, yo leía sobre las famosas Cataratas del Niágara en mis libros de escuela, y nunca me cruzo por la mente que yo iba a tener la oportunidad de experimentar este lugar tan lejano. Bajando del autobús me pego duro el viento helado, pero cuando vi la magnitud del agua y la energía que corría por delante de mis ojos en el Río Niágara, el frio se me olvidó. No me importaba si sentía frío o si estaba cayendo nieve, porque toda mi atención fue capturado por las intensas olas de agua Clase VI, que parecían una trampa mortal para deportes extremos acuáticos. Más tarde, me di cuenta que la mayoría de las personas que han intentado montar las cataratas sin ningún tipo de protección no suelen volver vivo para contar la historia. Parece como si el menos popular, pero muy sencillo y básico vehículo de elección para sobrevivir, es el barril.
Hasta los más valientes que se atreven trepar estas olas han sido y seguirán siendo sacudidos violentamente por estas poderosas cascadas, y ellos salen traumados momentáneamente.
Me encontré con mis guías, la Sra. Blackley y Sra. Diachun, quien tenía 27 años de experiencia y conocimientos especializados en el tema de las cataratas. Sinceramente, yo me sentí mal por sacar esas lindas damas de su oficina calientita para guiarme un día tan frío.
A diferencia, las damas fueron debidamente vestidas para la ocasión, por lo que eran capaces de aguantar ese frio clima, aunque pude ver que tenían frío. Raramente me da frío porque soy un veterano militar resistente, pero ese día no estaba preparado y por eso pagué por no estar listo.
La Sra. Diachun compartió sobre el momento tan estresante cuando el Sr. Nik Wallenda se convirtió en el primer hombre en cruzar por las Cataratas del Niágara el 15 de Junio de 2012. El último hombre que cruzo la quebrada Niágara fue cerca de donde se encuentra hoy el Puente Internacional del Arco Iris que une a Estados Unidos y Canadá, y ese hombre fue el Sr. Charles Blondin el 30 de Junio de 1859.
Después de el recorrido del Niágara, la
Sra. Blackley me llevó a el otro lado del río donde estaba un lugar encantador histórico llamado el Red Coach Inn. Inmediatamente me enamoré del lugar, ya que el lugar lo hace sentir a uno cálido y bien venido, y no mencionar el olor de la comida me dio hambre instantáneamente. Una vez que terminamos nuestra deliciosa comida y conversación, viajamos 15 millas al norte de Niagar a una de las primeras fortalezas construidas en los Estados Unidos.
Old Fort Niágara me hizo sentir como un niño en un parque, yo quería trepar todo lo que miraba. Este era un lugar perfecto para el amante de parkour, pero mantuve la compostura porque yo estaba conduciendo negocio. La principal atracción conocida como el Castillo Francés, fue construido como un impenetrable banco por los Franceses en 1678, y consiguieron engañar a la Nación Iroquesa utilizándola como un puesto comercial. Uno de los edificios más interesantes, además del Castillo, fue el cuarto de pólvora. Se dice que el Sr. William Morgan, el hombre que amenazo con liberar información de los masones en un libro, fue visto por última vez en ese lugar. No se sabe lo qué le pasó a ese hombre, pero extrañamente desapareció.
Terminando esta edición, todos con los que me tope me pidieron disculpas o me comentaban que habría sido mejor haber visto las cataratas durante un clima mas cálido y pacifico. Tal vez tenia razón la gente que hubiera sido mejor ver las cataratas en un mejor día, pero todo lo que yo podía pensar era que fui bendecido lo suficiente como para experimentar las cataratas en persona.
Me gustaría inspirar a cada uno que por ellos mismos experimenten a Niágara Falls por ellos mismos, porque no importa el clima, estas cascadas son impresionante.Quisiera compartir con ustedes una idea que me cruzó la mente en ese día. “Los podría haber sido’s o debería haber sido’s, nunca se compararan a lo que ya hemos experimentado en ese momento. Disfrute del momento, porque la belleza está en la experiencia”.