Por Pastor Pedro H Gonzalez
DAndo gracias a Dios y a La Prensa de Colorado que nos da la oportunidad de dirigirnos a su audiencia en este articulo semanal que pretende ser una voz que llama
a reflexión y a un pensamiento crítico.
Los momentos que enfrentamos como sociedad y en especial para la comunidad Hispana no pueden ser desperdiciados. Ellos son en sí mismo a la vez que un reto una gran oportunidad.
El tiempo ha llegado para salir de la oscuridad y empezar a caminar en luz.
El ejercito poderoso de trabajo que es nuestra comunidad debe convertirse en un ejército de pensadores, de empresarios, de políticos, de jueces, de médicos, de abogados, de gente que esté provocando procesos.
A la iglesia le corresponde ser esa voz que clama en el desierto para que nuestra comunidad despierte.
Cuando la religión dice “arrepiéntanse” lo hace con una voz de condenación, algo así como con garrote en mano.
Cuando el reino de Dios clama: “Arrepiéntanse” lo hace desde el verdadero significado de la palabra en su más pura acepción, es decir cambien de pensamiento.
Cuando como comunidad aprendamos a dejar atrás lo que los demás dicen que somos, cuando empecemos a pensarnos distinto, aprendiendo el idioma Inglés, involucrándonos como parte del tejido de la sociedad americana, cuando decidamos que estamos aquí y como parte vital; no como agregado molesto, que somos hígado y corazón de esta sociedad y no apéndice, ese día como nos ven ellos cambiará porque habrá cambiado primero como nos vemos nosotros.
Podemos ver todo lo que ha pasado en el pasado como parte de un proceso, pero debemos saber que los procesos cuando finalizan dan comienzo a uno nuevo.
La ventana que ahora estamos abriendo es la de la luz, la de darnos a conocer y también de paso dejar ver todo el potencial que tenemos.
Nada pasará si seguimos arrastrando las mismas viejas costumbres que nos hicieron mirar al norte y buscar un mejor futuro, porque se hace necesario entender que para alcanzar un mejor futuro es imprescindible dejar atrás el pasado, aprendiendo de él para jamás regresar allí.
No pedimos olvidarnos de nuestros países de nacimiento, pedimos abrazar la tierra que nos recibió con honesta entrega y con genuino amor.
Tristemente hay un segmento de la población que disfrutan del dólar pero reniegan de la tierra que lo produce, eso es incoherente, pero sobre todo eso dará como resultado que la tierra no le de toda la bendición que puede dar.
Dios abre para sus hijos el mar rojo y el Jordán a fin que que puedan conquistar la tierra prometida pero hasta que sus hijos no abran la cabeza, no podrá venir ese disfrute, ya que solo se quedaran contemplando los filisteos como gigantes y pensando que son grillos invadiendo una tierra de gigantes.
Definitivamente es tiempo de cambio y es un cambio de tiempo.
Soy el Pastor Pedro H. Gonzalez de la Iglesia Embajada del Reino.
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