Por Pastor Pedro H Gonzalez
Me llama la atención el momento histórico que esta viviendo la comunidad hispana en este país. De una parte, nos encontramos con una comunidad pujante, que crece en recursos, en capacidad de compra, en alcance geográfico (mas ciudades que nunca están siendo copadas por los hispanos) y en términos generales llegando a niveles de influencia que jamás antes ha tenido.
De otra parte y quizás como resultado de que la sociedad anglo ha entendido esos factores mejor que nosotros, la comunidad hispana se enfrenta a una actitud hostil de parte de algunos sectores de la sociedad y esto ha creado un ambiente de temor en las toldas hispanas, vivir atemorizado no es vida.
La peor parte de este raro “coctel” es la tremenda apatía que muestra nuestra gente para responder a esos retos. Aunque sabemos lo que debe hacerse, no hay una luz que marque el camino, una voz que aglutine las fuerzas y le de un norte a la brújula de la acción a seguir.
Somos un ejercito poderoso de gente trabajadora, mayormente honesta, luchadora, un grupo tremendo de emprendedores que han alcanzado lo que se ha alcanzado luchando contra viento y marea y solo con las uñas. Sin embargo, ese gran ejército, con esa gran capacidad se encuentra dormido, pasivo, cada uno mira para otro lado como queriendo dar a entender que esto no es conmigo y sabemos que si es conmigo.
La solución que necesitamos como minoría, como comunidad, es entender nuestra posición, saber lo que somos y lo que representamos.
Es urgente derribar toda mentalidad nacionalista o individualista y abrir nuestra mente, de tal manera que ya no enarbolemos una bandera de un país, cada quien por su lado, sino que enarbolemos la bandera de los valores que nos son comunes y que tanto representan para todos. Cosas como la familia, la honra, el honor, la vida, nuestras creencias, nuestra fe y nuestros ancestros mismos son para todos los latinos un lenguaje común, nos une el español, y habría que empezar por defender nuestro idioma desde el hogar, impidiendo la mezcla de idiomas, manteniendo nuestro lenguaje lo mas puro posible, darle a los hijos desde la más tierna infancia el sentido vital que tiene todo aquello que creemos, el respeto por los modelos y diseños de Dios, valores todos tan importantes, y que le serán a nuestros hijos una luz de guianza en su camino.
Proverbios 22:6 “Instruye al niño en su camino y aun cuando fuere viejo no se apartará de el.
No es este el tiempo de andar divididos, de pensar que una persona de un país es mas o mejor que la de otro país, que mi cultura es mejor que la tuya, que mi comida es mejor que la de tu país o cosas por el estilo, es por el contrario tiempo de unirnos alrededor de lo que verdaderamente importa, los valores y principios.
Soy un convencido de que la unión hace la fuerza, de que tenemos como etnia lo que se necesita para conquistar este país, pero que debemos hacerlo desde la motivación correcta, no se trata de desechar el inglés, muy por el contrario hay que aprenderlo correctamente, pero sin olvidar nuestro bello idioma, no se trata de establecer una diferencia entre anglos e hispanos, se trata de hacerles ver que hemos venido a integrarnos y que lo haremos con éxito, con lujo de detalles.
Es tiempo de levantar la frente en alto y de mostrarle a la sociedad “gringa” que somos una raza avanzada, que nada nos detendrá en el propósito de defender la familia, el hogar, la fe y la vida. Que hemos venido para quedarnos y para ayudar a que este país continúe siendo la potencia que es hasta ahora. No podremos lograr todo eso sin una mentalidad de reyes y esa mentalidad nos la da la biblia. Ante lo que parece ser un avance fuertísimo de las tinieblas en los Estados Unidos, la esperanza recae en los hispanos y ante lo que parece ser un avance de la xenofobia (Odio por el extranjero) en este país, la única esperanza para la comunidad hispana es la unidad en torno a valores y principios bíblicos, eso nos va mantener a flote, eso nos dará la cohesión que necesitamos de manera tan urgente, eso nos permitirá superar los miedos y nos llevara a entendernos como embajadores del reino de los cielos, llamados para anunciar a aquel que nos llamo de las tinieblas a su luz admirable.
Yo invito a todos los lectores a que nos unamos, no en torno a una bandera, sino a valores y principios, a dejar la apatía, a informarnos, a leer un poco más, a participar de los procesos electorales defendiendo no a un partido sino a los valores que nos representan. Usted es un a pieza clave para que ese cambio que necesitamos se pueda dar lo más rápido posible; comente este artículo, hable con sus familiares, actívese como un agente de cambio.
El poder está ahí, lo que hay que hacer es activarlo.
Ya no preguntemos que mundo le vamos a dejar nuestros hijos, sino que hijos le vamos a dejar a nuestro mundo. ¿En que serán instruidos? Serán ellos luz del mundo y sal de la tierra o ¿serán ellos sal que se echo a perder? ¿más tinieblas en las tinieblas? ¿Quién los instruirá en los valores nuestros? ¿Usted o un maestro de escuela del que usted solo conoce el nombre?
Espero que pueda notar que esto si tiene todo que ver con usted.
Soy el Pastor Pedro H. Gonzalez de la Iglesia Embajada del Reino, localizada en el 3600 S Clarkson St Englewood Co 80113
Horarios de servicio Domingos 12:30 pm. Le esperamos.