Por Pastor Pedro H. Gonzalez
La semana pasada dejamos apenas esbozado el tema de la vida cristiana versus la vida en Cristo. El tema toca fibras sensibles de todo lo que la religión ha enseñado y que millones de creyentes en el mundo han abrazado con celo santo.
Admiro profundamente a una persona que defiende lo que cree, pero me parece digna de consideración y aun de lastima, una persona que dice creer algo que no ha entendido. La biblia nos pide abrir los ojos del entendimiento frente a la fe, la religión nos pide creer a ciegas.
Romanos 12:2 “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que podáis comprobar cual sea la buena voluntad de Dios agradable y perfecta.” Si alguien pudo notar, es el entendimiento renovado lo que nos permitirá comprobar (ver que está ocurriendo) la buena voluntad de Dios, y eso ni más ni menos quiere decir que si el entendimiento no se renueva, no veremos la buena voluntad de Dios ocurriendo…vaya, vaya. Puedo ver que empezamos a tocar temas profundos y la raíz del porque muchos “creyentes” se encuentran viviendo vidas que van de derrota en derrota en lugar de ir de gloria en gloria.
En Efesios 3:4 el apóstol Pablo nos pide leer para poder entender y lo triste es que en algunas denominaciones le impiden a los miembros leer, me pregunto cual es la razón.
La vida cristiana es una herramienta poderosa de manipulación y control de los creyentes mientras que la vida en Cristo es la máxima expresión de la naturaleza divina impartida en los hijos.
En la vida cristiana los creyentes son obligados desde afuera por un “líder espiritual” a cumplir con un conjunto de reglas y normas que son dadas para que se pueda alcanzar una medida. Tiempos específicos de oración, y hasta la posición de orar son dictadas por el liderazgo muchas veces sin que intermedie un soporte bíblico para tales normas.
Se busca que el creyente manipulado esté constantemente dando la medida dictada por las normas. Así operaba la ley mosaica y de ella dice la escritura que Israel no pudo alcanzar la justicia porque fueron tras su propio modelo de justicia, es decir el modelo que dictó la ley mediante obras.
En la vida en Cristo todo lo que el Padre tiene le pertenece al hijo por derecho legal, en la vida en Cristo ya no tenemos que hacer para merecer sino que por lo que el hijo hizo y consumo en la cruz, nosotros ya fuimos alcanzados.
La diferencia en cuanto a resultados es abismal,la diferencia en cuanto a cómo se vive la fe en las dos orillas del río son así de opuestas, como dos orillas de un río.
Nadie escoge nacer pero sí que escogemos como vivir y para poder hacer una elección correcta se hace necesario tener un conocimiento correcto, por eso sostengo que la fe correcta es lo único que nos lleva a un estilo de vida correcto pero ese estilo de vida no viene por hacer cosas que alguien me demande. Ese estilo de vida correcto viene al reconocer la nueva naturaleza que en los hijos de Dios opera.
Al final del camino es Él quien opera o soy yo? Si soy yo entonces no hay naturaleza divina pero si es Él entonces Su gloria será vista cada vez que un hijo hable o se mueva.
Se da cuenta ahora de que se trata este asunto?
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