Por Pastor Pedro H Gonzalez
Porque si por la transgresión de uno, por éste reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por medio de uno, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. Romanos 5:17.
El pasaje es muy poderoso, es necesario pues entenderlo y ya entendido empezar a vivirlo de lo contrario se habrá desperdiciado, no solamente como texto sino como la verdad.
Para entenderlo, se debe conocer un poco la obra redentora de Dios, ejecutada por medio de la muerte de su hijo Jesus y la resurrección de Jesus ya como el Cristo, el mesias.
La primera parte del texto nos presenta al hombre caído y nos relaciona directamente con él al aclararnos que debido a la transgresión de un solo hombre (Adan) reinó la muerte.
Todos estábamos antes de Jesucristo bajo el imperio de la muerte, y cuando digo todos eso me incluye a mi y también a usted amado lector. Decir eso es una cosa pero empezar a identificarlo es empezar a ser libre del yugo de la muerte, del imperio de la muerte, del gobierno de la muerte y del alcance que ella tiene en todas las esferas del ser humano que aún vive en esa condición. Ella, la muerte; mantiene todas nuestras cosas en un estado de sequedad, improductivo, ella destruye, la vida produce.
Es fundamental reconocer los ámbitos de su vida que son afectados por la muerte y es necesario entender que son todos. Relaciones familiares, laborales, economía, salud, vida afectiva, todo es afectado por la muerte cuando vivimos según la naturaleza adámica, es decir cuando aún no hemos sido alcanzados por la obra vivificante del postrer Adan, Cristo Jesus que es espíritu vivificante.
Esa condición que nos presenta el texto en su primera parte es la condición más triste del ser humano, de cualquier ser humano porque lo pone en calidad de zombie, es decir alguien que aunque parece vivo está realmente muerto, ya que todas las áreas de su vida están afectadas, o bajo el gobierno de la muerte, por eso dice reinó la muerte, pero lo bueno, la buena noticia es que el verbo allí está conjugado en pasado, es decir ya no reina. No por lo menos para un grupo de personas que también en el texto se aclara que personas son, veamos: Los que reciben en abundancia la gracia y el don de la justicia.
No sería suficiente con decir que la gracia es un favor inmerecido, eso solamente nos servirá como un punto de partida ya que la gracia que en abundancia es recibida nos habilita y nos capacita para vivir en libertad, en pleno disfrute, la vida que nos fue dada.
La gracia nos libra del imperio de la muerte al permitirnos vivir libres del imperio de la muerte, es decir que la gracia nos devuelve a la posición original que le fue dada a Adan en el Eden y que el rechazo o perdió por su rebeldía.
La gracia que es Cristo, nos capacita para vivir esa vida en libertad sin que lleguemos al libertinaje. Es importante notar que la gracia no viene sola, viene según nos muestra el texto, acompañada del don de la justicia, es decir un regalo adicional sin el cual no podríamos vivir esa gracia, La justicia, es decir la rectitud, es la que nos habilita para no abusar de la gracia. Es una posición, es una vida impartida para que sea vivida en esa posición, ya nada nos acusa, ya nada nos condena, pero recuerde que es a los que recibieron en abundancia la gracia, es decir a Cristo, y el don de la justicia, y si alguien es impar tido por el Padre con el don de la justicia, quiere decir que ya el Padre no va a ese alguien como pecador sino como justo y si ese alguien (usted?) es justo entonces ya es libre porque no puede vivir bajo yugo, o rejas o un gobierno distinto, aquel que es regalado con el don de la justicia.
Amado todo eso nos fue dado en Cristo pero no para que lo desperdiciemos sino para que como dice el texto REINEMOS EN VIDA, lo he resaltado intencionalmente para darle a conocer que esa es su posición hoy en día. Usted está habilitado para reinar en vida, es decir para que gobierne su vida. No viva más en cadenas, ni bajo el gobierno de la muerte, porque usted ya es libre para reinar en vida, solo enterese y viva de esa manera.
Soy el Pastor Pedro H. Gonzalez de la Iglesia Embajada del Reino.
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