Por Enrique Monterroza
¿Has experimentado esos momentos de la vida en la cual por alguna razón nos sentimos alejados de Dios?, hablo de esos momentos en los que no logramos percibir su presencia o sentimos como que estamos en un desierto en donde todo parece solitario y en silencio.
¿Alguna vez has dicho: “Me siento alejado de Dios”?, es una frase que regularmente ocupamos para referirnos al hecho que nuestra relación personal con Él no está del todo como tendría que estar.
Quizá por alguna razón has dejado de orar, quizá ya no estás leyendo la Biblia como acostumbrabas a hacerlo, quizá el congregarte ahora se te hace un poco pesado y siempre encuentras una buena excusa para quedarte en tu casa.
De pronto te das cuenta que hay ciertas cosas en ti que habían desaparecido, que ahora están volviendo a aparecer. Tú lenguaje está cambiando, tú forma de ver las cosas también, sin darte cuenta de repente te encuentras pensando y viviendo como antes.
No hablo de que ahora ya no eres un cristiano, porque sé que en el fondo de tu corazón reconoces a Dios como tu Salvador, pero ¿También lo reconocerás como tu Señor?
Sentirse alejado de Dios es uno de los sentimientos más duros que el verdadero cristiano puede llegar a sentir. Analizar y darse cuenta que poco a poco su relación con Dios se ha ido apagando, es una de las razones por las que muchos optan en lugar de restaurar esa relación, acomodarse a vivir una vida cristiana fría.
Ser un cristiano frio es no tener la mínima intención de hacer algo por mejorar tu estado de vida espiritual, de servir a aquel que dio su vida por ti, es acomodarse a una vida rutinaria, sin experimentar encuentros especiales con Dios, ni tener una relación diaria con Él la cual puede llevarlo a mejorar en muchos aspectos de su vida y sobre todo a ser usado para un propósito especifico que Dios tiene para cada uno de nosotros.
A veces nos encontramos en esos baches de la vida en la cual simplemente: Nos sentimos alejados de Dios.
Ahora bien, yo te pregunto:
¿Te quedaras en ese estado siempre?, ¿Harás algo por salir de ese alejamiento?, ¿Hay en tu corazón una verdadera intención de mejorar tu vida junto al Señor?
Hoy quiero invitarte a salir de ese acomodo o alejamiento que sientes de Dios; quizá querer salir de allí se te ha hecho muy difícil, quizá en parte tienes la intención de hacerlo, pero tu intención dura muy poco y de pronto te encuentras nuevamente en donde comenzaste.
Sé lo difícil que es querer salir de un acomodo espiritual, querer acercarte nuevamente a Dios y comenzar a tener una verdadera relación personal con Él, también sé que hay muchos que quisieran salir, pero simplemente no han podido, lo han intentado, mas no logrado, y estoy seguro que en más de alguna vez te has sentido defraudado de ti mismo, al saber que aunque quieres no puedes salir de esa rutina y de ese estado tan frio que ya no te deja disfrutar de la presencia de Dios a totalidad o como antes la disfrutabas.
¿Qué hacer para salir de allí?
Primero: Tienes que intentarlo, y si fallas, entonces: vuelve a intentarlo. El inventor Edison dijo: “Peor que muchos fracasos, son pocos intentos”. ¿Cuántas veces lo has intentado?, ¿Fallaste?, ¿Cuántas veces lo seguiste intentando?, la mayoría de nosotros lo intentamos pocas veces y al ver que fallamos en el intento, simplemente renunciamos a intentarlo nuevamente.
“Así que no nos cansemos de hacer el bien. A su debido tiempo, cosecharemos numerosas bendiciones si no nos damos por vencidos”. Gálatas 6:9 (Nueva Traducción Viviente)
Si realmente quieres salir de ese estado espiritual, tienes que intentarlo todos los días. Cada día tienes que intentar hacer algo por mejorar tu relación personal con Dios, jamás cansarte de intentarlo, porque con los múltiples intentos encontraras la respuesta.
Segundo: Comienza desde lo básico, no te pongas a querer orar una hora o dos horas, comienza con lo básico, quizá la primera semana un par de minutos, quizá cinco minutos diarios podrían comenzar a sembrar en ti la semilla de la oración. Luego de un tiempo de mantener ese tiempo puedes intentar hablar con Dios por más tiempo, quizá diez minutos o quince, y así puedes con el tiempo incrementar tus momentos íntimos con el Señor, cuando vengas a darte cuenta, tu vida será una constante comunicación con Dios. Igualmente con la lectura, no pretendas leer la Biblia en un mes o en una semana, tranquilo, comienza con lo básico, quizá un capitulo diario bien leído y reflexionado, puede ayudarte mucho, con el tiempo y mientras desarrollas el habito de leer, te encontraras con mejores momentos de lecturas y más prolongados. Pero todo comienza con lo básico.
La mayoría fracasa en este punto porque quieren comenzar desde la cima, quizá han escuchado que cierto personaje que es muy respaldado por Dios ora cinco horas diarias y lee la Biblia seis horas al día y quieren imitar. Si ese personaje realmente hace eso, pues ¡Gloria a Dios!, pero para todos los demás que nos cuesta esto, entonces comencemos por lo básico y progresivamente iremos mejorando tanto en tiempo, como en calidad.
Tercero: Empápate de cosas buenas. Si tu sabes que visitar ciertos lugares no te traen nada bueno, ¿Qué haces visitándolos?, si tu sabes que ciertas amistades te están influenciando a cosas negativas, ¿Por qué les sigues dando tanto tiempo?, Si tú sabes que la televisión, la computadora, el ipod o cualquier otra cosa te está robando mucho tiempo que bien podrías invertir en el Señor, ¿Por qué no le das un tiempito al Señor?, estoy seguro que Él puede hacer de ese “tiempito” algo especial para tu vida.
“En fin, hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, noble, correcto, puro, hermoso y admirable. También piensen en lo que tiene alguna virtud, en lo que es digno de reconocimiento. Mantengan su mente ocupada en eso”. Filipenses 4:8 (Palabra de Dios para Todos)
A veces nos quejamos de no sentir a Dios y de que quizá Él se ha apartado de nosotros, pero ¿Te has puesto a pensar que Él jamás se aparta de nosotros, pero que nosotros sí nos apartamos muy a menudo de Él?
Hoy es un buen día para comenzar de nuevo, ¡Inténtalo una vez más!, no te sigas sintiendo alejado de Dios, porque tú mismo tienes la llave para encontrarte con Él, no tienes que ir a un lugar especifico para encontrarte con Él, lo puedes hacer allí mismo donde estas, puedes cerrar tus ojos, centrarte en Dios y comenzar a hablar con Él como hablas con tu mejor amigo. Respirar su presencia y sentir su abrazo, son cosas que no se pueden comprar, pero que están al alcance de todo aquel que con un corazón sincero quiere acercarse y sentir su presencia.
Hoy quiero elevar una oración por tu vida y por la mía, para que Dios nos ayude a acércanos a Él:
“Señor, te doy gracias por cada momento especial que nos permites tener a tu lado, Padre, quizá en muchas ocasiones nos hemos alejado de ti, quizá hemos dejado de buscarte como te lo mereces, quizá hemos permitido que otras cosas nos roben tu tiempo, pero en este día quiero pedirte que nos perdones, que nos ayudes y nos motives a buscarte, que nos ayudes para que tengamos diariamente la voluntad de estar contigo, que en nuestro corazón existe cada día un deseo muy fuerte de encontrarnos contigo, que jamás nos cansemos de intentarlo, que jamás nos rindamos de buscar tu presencia. Padre Santo, hoy quiero pedirte en especial por todos aquellos que se sienten alejados de ti, por todos aquellos que de una u otra forma piensan que ya no pueden entablar aquella relación tan linda que un día tuvieron contigo, hoy te pido que toques sus corazones, hoy te pido que pongas en cada uno de ellos
la voluntad y la convicción de poder acercase confiadamente a ti, que a partir de este día ellos puedan comenzar a elaborar nuevamente aquella relación que un día tuvieron contigo, te pido que les ayudes, que los tomes de la mano y no lo sueltes, que puedan experimentar momentos únicos y especiales contigo que los motiven a seguir buscándote, por favor Señor, te pido que no te olvides de ninguno de ellos y que cumplas tu propósito en sus vidas. Bendigo a cada uno de los que este día leen estas líneas y sobre todo bendigo a toda aquella persona que hoy tu motivaras a comenzar de nuevo esa relación personal contigo, bendícelos doblemente, en el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.
¡Dios no está lejos, está al alcance de todos!
“Yo, el Hijo del hombre, he venido para buscar y salvar a los que viven alejados de Dios”.
Lucas 19:10 (Traducción en lenguaje actual)